(ARTICULO) Yasuní: Entre el eco-fundamentalismo y el Socialismo del Buen Vivir
En los últimos seis años se ha venido impulsando la iniciativa revolucionaria para mantener el crudo en el subsuelo del Parque Nacional Yasuní, reserva mundial de biosfera. Este proyecto tenía como objetivo que los países industrializados, que son los más contaminantes del planeta [1], asuman su responsabilidad para con el calentamiento global y finalmente realicen un aporte concreto y tangible para evitar la explotación de 846 millones de barriles de petróleo del campo Yasuní ITT [2]. La intención detrás de esta iniciativa era recaudar alrededor de $3.5 billones de dólares, suma que constituye un valor ínfimo en relación al potencial económico que significaría la explotación de este campo. Dicha suma sería destinada a programas que fomenten la reducción de la pobreza, la educación y el desarrollo social, así como el de fuentes renovables de energía, mantener los ecosistemas y las áreas Protegidas, reforestar áreas degradadas, generación de empleo sustentable y mejorar la eficiencia energética, por ende, cambiar la matriz productiva del Ecuador. Lamentablemente, solo se logró recaudar el 0,37% de este monto total, es decir, alrededor de $376 millones de dólares [3]. De este modo, el Presidente Rafael Correa anunció la derogación de la iniciativa Yasuní ITT, así como el inicio de la explotación petrolera en la zona.
La situación es clara: quedó en evidencia la doble moral de los países industrializados, los cuales pregonan la conservación del medioambiente a los países que resisten a la imposición de la agenda política neoliberal. Incluso, estos países comúnmente llamados “del primer mundo” tienen la desfachatez de dictarnos a través de sus ONGs (mecanismos de dominación que responden a una lógica imperialista y neo-colonialista), así como a través de las demás instituciones burocráticas internacionales, como Aministia Internacional, Human Rights Watch, entre otras que dicen defender los “Derechos Humanos” y a su vez auspician intervenciones militares en contra de países soberanos.[4]
Estos mismos países y su doble moral, son los que ahora impiden que se concrete un ejemplo revolucionario en beneficio de toda la humanidad. Insólitamente, en el caso particular de Alemania, el Ministro de Cooperación de este país, responsabilizo al Presidente Correa por el “fracaso de la iniciativa Yasuní” [5].
Al dejar el petróleo bajo tierra, se habría podido generar un antecedente que otros países con selva virgen podrían haber seguido, lo cual preocupa a los países imperialistas por el temor a que esto lleve a un alza en el costo del petróleo. Además, esta iniciativa no venía acompañada de incentivos económicos para esos países, como por ejemplo los créditos de carbono y, por lo tanto, no fue de su interés [6]. Esto muestra, una vez más, que para los países del “primer mundo” el capital está por encima de todo.
Eco-fundamentalismo1 y oportunismo de derecha
1 Por eco-fundamentalismo entendemos al grupo pequeño-burgués que, siguiendo los lineamientos post-modernistas, de identidad política liberal, funcionales al modelo capitalista, tiene como principal reivindicación la preservación fundamentalista del medio ambiente, basados en pasiones, modas y odios y que degeneran y distorsionan las luchas de las comunidades en resistencia.
La derecha internacional a través de sus ONGs, sus títeres de la derecha ecuatoriana y la auto denominada la “verdadera izquierda”, han tomado como su nueva bandera de lucha, la “defensa del Yasuní”, en su afán de recuperarse de la paliza recibida en las elecciones de febrero pasado, recordemos que la tesis eco-fundamentalista solo obtuvo alrededor del 3% de apoyo electoral [7].
Estas ONGs (que no representan los intereses del pueblo, ni tampoco han sido elegidas democráticamente) han empezado a gestar matrices de opinión para generar información falaz e incertidumbre, como partes de la guerra mediática y psicológica en contra del Gobierno ecuatoriano, con el fin último de deslegitimar los grandes avances sociales alcanzados durante la gestión del Presidente Rafael Correa.
Por otro lado, están los grupos y colectivos de jóvenes pequeño burgueses preocupados por el medio ambiente, que buscan protegerlo sin una propuesta alternativa, argumentando simplemente: “El Yasuni no se toca”. Protestar sin un proyecto ni un objetivo contundente para un tema tan complejo constituye una irresponsabilidad. Si hay tanta preocupación por el medio ambiente entonces deberíamos abordar el tema desde otra perspectiva, ya que la preservación del medio ambiente jamás se logrará bajo el paradigma capitalista, el cual tiene como principio elemental el consumo masivo y constante. Por lo tanto, el debate o la pregunta para la Consulta Popular que han pedido estos grupos, debería más bien girar en torno a los siguientes interrogantes: ¿cómo salimos del capitalismo? ¿Qué vamos a hacer como sociedad e individuos para acabar con el consumismo que es la causa principal que genera la explotación de los recursos naturales? ¿Está usted de acuerdo en que el gobierno ecuatoriano mantenga el crudo del ITT, indefinidamente bajo el suelo y a su vez erradique el paradigma capitalista? Sí o No. Las respuestas a estas grandes inquietudes conformarían alternativas legítimas al sistema hegemónico capitalista para así lograr una verdadera protección del ser humano y del medio ambiente.
Si decimos no a la explotación de los recursos naturales, entonces estarán dispuestos los eco-fundamentalistas a renunciar a los iphones, tablets, laptops último modelo? ¿Estarán dispuestos a dejar de consumir la ropa y zapatos de marca que son manufacturados en condiciones de esclavitud y explotación laboral, principalmente en Asia, pero también en América Latina y que generan gran contaminación al medio ambiente durante su producción y transporte? Estarán dispuestos a movilizarse únicamente por transporte público y consumir solamente alimentos que se producen localmente y no de las grandes corporaciones o importados, ya que estos también elevan la contaminación? Está bien pedir un compromiso para que el Yasuní no se toque porque es nuestro, es de interés nacional y por ende de propiedad colectiva de todas y todos los ecuatorianos y ecuatorianas, pero entonces también no sería lo correcto que se colectivicen los medios de producción y sean del Pueblo y no privados? Si queremos justicia social y ambiental, el debate tiene que ser entorno a como salimos del capitalismo, ya que al capitalismo no hay como regularlo o humanizarlo. Al capitalismo hay que erradicarlo!
No volveremos al pasado!
Finalmente tenemos Patria; finalmente las ecuatorianas y los ecuatorianos creemos en nuestro Proyecto Político y soñamos con un País para todas y todos. Los avances que se han logrado en lo social, en lo económico, en el ejercicio de la soberanía y también en lo ambiental, no han sido gracias al apoyo de las ONGs o de la derecha oportunista. El Ecuador que actualmente tenemos es el resultado de un proceso histórico de resistencias y luchas, las vidas y sangre de los de a pie, de los sin voz, de los invisibilizados. Ni de broma gracias a los eco-fundamentalistas que asumen como una moda más y que se quejan a través de Facebook y de Twitter desde sus teléfonos inteligentes. Sorprende que esperaran más de 6 años para manifestarse y luchar por esta causa. Éste debería ser el momento propicio para debatir sobre el paradigma que queremos erradicar y el que queremos profundizar para lograr alcanzar el Socialismo del Buen Vivir!
Por Santiago Escobar, Bullazurda.org
Fuente:
[2] http://www.yasuni-itt.gob.ec/quees.aspx
[3] http://www.telegrafo.com.ec/economia/item/iniciativa-yasuni-itt-ha-recaudado-376-millones.html
[6] http://nuestroamericano.org/2013/08/20/video-correa-a-funcionarios-alemanes-quedense-con-su-plata/
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